Una aceituna en duda

¿Dónde estás Gonzalo?

A ver, Gon, ¿dónde estás, hijo? ¿Cuándo vuelves? ¿Vas a ayudar a Alvarito? Niño, que los amigos están pa las ocasiones y tu no tienes el don de la oportunidad. Alvaro Aguilar está entre rejas, con un compañero de celda que es un primor y echando de menos a su Bea... ¿Y tú, bebiendo cocolocos y dandote la vida padre? No me parece, rizos, que quieres que te diga, pero no me parece. Tienes que volver y volver ya. La Sonso también está en líos con lo de su hija Paula y el caracelga. De sobra sé que Paula no es santo de tu devoción porque, entre otras cosas, la niña te habla clarinete... Pero piensa que todo aquel que tiene que sufrir a Diego De la Vega es digno de compasión. Así que aligera que llegamos tarde. Mientras tu te decides a comprar un pasaje a España, te cuento que, como me aburro porque no puedo comentar tus andanzas, he salido con mis niñas (las ya conocidas Susi y Yewis a dar una vueltecilla). Pero resulta que ha sido un finde un tanto raro porque Yewis no llegó. Quiero decir, que quedamos con ella y no apareció. Fuimos aquí, fuimos allí, gritamos a su ventana, dejamos mensajes en el móvil y ná. Después resulta que la muchacha se había echado la nada despreciable siesta de veintidós horas de sueño y he ahí mi duda: ¿Eso es humanamente posible? Y si no lo es, ¿Yewis no es de este mundo? Pues nada, que entre unos y otros, la casa sin barrer. Cariño, como no aparezcas pronto, cojo un vuelo de esos ultrarrápidos de Langosta Tours que me lleve allá donde estes (como decía la canción) y te traigo de esos rizos desmadejados que me traen por la callelamargura (en sevillano suena mejó). Besos aceitunados y dubitativos de tu Lauriya